Su esperado segundo álbum se titula 'Tocando tierra', pero en su presentación en casa Muerdo tocó cielo. El elevado cielo curvo del abovedado Teatro Circo Murcia y otro cielo menos tangible pero al que con cada vez mayor decisión se dirige, el de esa anhelada dama llamada popularidad. No es asunto regionalista: el pasado fin de semana también cerró un importante aforo en Madrid.

Alemania fue la gran protagonista de la tercera jornada del festival Cartagena Jazz, saldada con aforo completo, merced a dos propuestas tan diferenciadas entre sí que  cuesta creer que pertenezcan al mismo estilo: jazz. Pero tanto la WDR Big Band de Colonia, que acompañó a Chano Domínguez en el estreno nacional de su último proyecto aún inédito discográficamente, como el sensacional Till Brönner, justifican el jazz. Desde postulados casi antagónicos, esto sí.

“El puerto de Cartagena es impresionante. Me dan ganas de robar un barco”. Detégase la policía, que la frase no es del escriba sino de Alan Sparhawk, a la sazón el líder de Low, la banda americana que la noche del sábado ofreció un soberbio concierto inaugural de la 33ª edición del Cartagena Jazz Festival. 

Aparecieron impecables, vestidos como galanes dispuestos al flirteo caballeroso. Jóvenes, muy jóvenes y bien parecidos. Cabellos peinados hacia atrás, corbatas y chalecos. Impronta aria. A los quince segundos la música empezó a sonar y sus coqueteos se convirtieron en convulsiones rítmicas. Como en una noche del mejor sexo exquisito, Leprous cortejaron en un principio, para después, una vez roto el hielo, olvidar el protocolo sin reparar en lo alborotado de su cabellera, ni en sus cuerpos empapados en sudor, dejándose llevar por las sensaciones hasta el éxtasis.

El cielo tornó de color vino, las mascotas corrieron a refugiarse y hasta una avioneta rasó el vuelo más de lo aconsejable. El público guardó un silencio impropio en un concierto de rock y la piel comenzó a practicar el juego del erizo. Los británicos Editors ofrecieron en el BUM Estrella de Levante un espectáculo avasallador, una ceremonia de rock imponente, sin duda uno de los mejores conciertos del año en la Comunidad de Murcia.

Te guapeas un poco y sonríes al espejo. Has quedado con tu chica, te diriges al centro. Vas a ver un concierto y, como es en el Teatro Circo Murcia, sabes que estarás cómodo y que el marco será bello. Al salir, compartes tapas y risas con los amigos y al fin regresas a casa. Ha sido una agradable velada, nada para anotar en el bloc de lo memorable, pero mucho mejor que haber visto una peli con explosiones en 'slow motion' o el soporífero España – Bielorusia. El nombre del grupo es The Excitements, tocan rhythm'n'blues y soul. No están mal, no importa si lo olvidan.